Estos son los medicamentos que más te hacen engordar

Tan importante es tomar de manera correcta los medicamentos -dosis, tomas diarias, duración- como conocer sus principales efectos adversos. Determinados fármacos no solo pueden producir somnolencia, fatiga o reacciones alérgicas, sino que entre sus principales contraindicaciones hay una que suele pasar desapercibida para la mayoría de las personas, pero que es de vital importancia si su consumo es prolongado. Se trata del aumento de peso.

Aunque se ha estudiado muy poco sobre ello, cada vez son más los investigadores que toman como punto de partida esta premisa y tratan de poner orden entre los numerosos mitos a cerca de si los medicamentos engordan de verdad. François Chast es uno de ellos. Este profesor de Farmacia de la Universidad de París-Descartes – USPC acaba de publicar ‘Les Médicaments en 100 questions’ (Editorial Tallandier), en el cual aborda algunas de las dudas más frecuentes sobre el consumo de fármacos como, por ejemplo, si hay que confiar en los genéricos, la efectividad de la homeopatía, si existe adicción a los medicamentos o si es buena la viagra. Chast no pasa por alto la pregunta de si engordan e identifica varias moléculas que diversos estudios han demostrado que pueden provocar coger unos kilos de más.

Estimulación del apetito

El aumento de peso puede ser debido a muchas causas, entre las que destacan determinados hábitos alimenticios, el estrés, el embarazo, la menopausia y también el consumo de algunos medicamentos, cuyos componentes tienen el efecto de interferir en el metabolismo y provocar la estimulación del apetito o la sed, el crecimiento de la grasa y de la masa muscular o la retención de líquidos.

En el ideario popular los antidepresivos son los fármacos más asociados al aumento de peso. Pero no es exactamente así.

Uno de los síntomas más frecuentes es que despiertan el apetito, como les sucede a la mitad de los pacientes tratados para el trastorno bipolar con litio o valproato (Depakine, Depamide). Ello es debido a que los mecanismos involucrados están pasando por un cambio en el metabolismo y se está modulando la secreción de leptina, conocida como la hormona del hambre, y cuya función es avisarnos de que ya estamos saciados. Por lo que si se libera menos leptina seguiremos teniendo hambre.

El paradójico caso de los antidepresivos

En el ideario popular los antidepresivos son los fármacos más asociados al aumento de peso. Solo hace falta echar un vistazo a Google, que nos responde –solo en español- con más de 370.000 entradas que abordan este tema. Quizás, o no, esta curiosidad está vinculada con el hecho de que en España se han triplicado en los últimos diez años el consumo de antidepresivos, según los datos publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que destaca que el año 2000 el número de dosis consumidas por cada mil habitantes y día (DHD) era de 26,5, y en 2013 se registraron 79,5 dosis consumidas.

El profesor Chast puntualiza que los antidepresivos tricíclicos como la imipramina (Tofranil) u otros como la fluoxetina (Prozac), la mirtazapina, la paroxetina, la mianserina; y antipsicóticos como la olanzapina (Zyprexa), el risperidol (Risperdal), la clozapina, o la clorpromazina, entre otros, sí que engordan; no obstante, destaca que existe un efecto reversible, es decir, cuando se deja el tratamiento se observa una pérdida de peso, incluso más del 10% del peso corporal.

Los betabloqueantes también engordan

Los betabloqueantes son una clase de fármacos utilizados para tratar diversas patologías cardíacas como hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, arritmias, anginas de pecho, o infartos de miocardio. Se encargan de bloquear los efectos de la adrenalina en los receptores del organismo, lo que retarda los impulsos nerviosos que pasan por el corazón. Por consiguiente, el corazón no tiene que esforzarse tanto porque necesita menos sangre y oxígeno.

Con un poco de ejercicio y una dieta equilibrada, el paciente estará equipado para limitar el impacto de los medicamentos en el peso
Chast sostiene en su libro que los betabloqueantes como el atenolol (Tenormin) o metoprolol también provocan un aumento de la grasa corporal, como ya puso de manifiesto un estudio realizado en Australia y publicado por el ‘International Journal of Obesity’ en 2011, cuya conclusión evidenciaba que los betabloqueantes influían en la obesidad al reducir la capacidad del organismo de quemar calorías y grasa a largo plazo.

La investigación reveló que, entre más de 11.400 adultos con hipertensión y/o diabetes, los pacientes tratados con betabloqueantes pesaban más y tenían un perímetro de cintura mayor que el resto. Según el informe, era debido a que estos medicamentos aumentaban la posibilidad de ganar peso porque reducían el gasto calórico; después de una comida, los que consumían betabloqueantes quemaban entre un 30 y un 50% menos de calorías y grasa que los que recibían otros fármacos. Además, el doctor Paul Lee, del Hospital St. Vincent de Sidney y autor principal del estudio, apuntaba que los betabloqueantes también contribuían a la disminución de la actividad física porque reducen la frecuencia cardíaca y aceleran la sensación de cansancio.

Los esteroides retienen líquidos

El aumento de peso corporal no siempre está vinculado a la grasa. Otros medicamentos pueden engordar debido a la retención de líquidos que generan. Este es el caso de los esteroides, los cuales promueven una redistribución de la masa corporal y aumentan la sed, de manera que se incrementa la cantidad de agua en el cuerpo -algo que se conoce como aromatización- y esta retención da una apariencia inflada del cuerpo, sobre todo en manos, brazos, piernas y rostro. Otros que estimulan la sed, informa Chast, son anticolinérgicos, antidepresivos, antipsicóticos, antihipertensivos, fármacos que actúan sobre el peristaltismo intestinal (serie de contracciones musculares que tienen lugar en el tubo digestivo y que permiten el paso de los alimentos).

Sin embargo, que engorden no significa que no se deban tomar si han sido prescritos por un profesional. El profesor Chast destaca que el aumento de peso es evitable, siempre y cuando uno sea consciente del riesgo que comporta tomar cada medicamento. “Con buena información, un poco de ejercicio y una dieta equilibrada, el paciente estará mejor equipado para limitar el impacto de los medicamentos en el peso”, concluye.

Fuente: elconfidencial.com