El número de adolescentes con obesidad no deja de crecer. Muchos de ellos no sólo corren el riesgo de convertirse en adultos con sobrepeso sino que ya presentan dolencias y serios problemas en su día a día.
“Los estudios cifran en 1% el volumen de menores que sufren obesidad mórbida”, ha indicado, dentro del XXXI Congreso nacional de Cirugía, la doctora Raquel Sánchez Santos, directora de la Unidad de Obesidad Mórbida del Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), cuyo grupo de investigación presenta un estudio que apela por una nueva vía de acceso para la cirugía bariátrica: el ombligo.
“A través del ombligo se logra evitar que la intervención deje rastro físico en el paciente”, ha declarado la doctora Sánchez, coincidiendo esta publicación con el Día Mundial contra la Obesidad (12 de noviembre).
Se considera obesidad mórbida a un índice de masa corporal superior al 45%. Para estos casos tan complejos, Sánchez Santos recomienda la intervención quirúrgica con celeridad cuando el resto de medidas parecen insuficientes.
“Operar al paciente con 16 años, sin esperar a cumplir la mayoría de edad, no entraña ningún riesgo extra y las ventajas psicológicas pueden resultar enormes”, Sánchez Santos hace referencia a las dificultades que habitualmente este sobrepeso tan acusado provoca sobre los menores que lo padecen: problemas de autoestima, mala socialización, depresión e incluso fracaso escolar.
Asimismo, se torna crucial trabajar el apartado de la concienciación para ayudar a estos adolescentes que sufren obesidad mórbida. Se trata de incidir no sólo sobre el paciente sino en su entorno: desde la familia al centro escolar, pasando por el pediatra.
“Una vez que, debido a componentes genéticos o de otro tipo, los buenos hábitos de vida y alimenticios no surten efecto, debe procederse a la intervención quirúrgica cuanto antes”, remarca la doctora, que a su vez puntualiza, “y para ello todo el entorno del menor tiene que remar en la misma dirección”.
Fuente: lineavitalsalud.com