Recientemente me realizaron una intervención quirúrgica, denominada cirugía bariátrica, la cuál en muchas partes del mundo es utilizada con fines solamente estéticos, algo en lo que yo nunca hubiera coincidido al hacermela.
La cirugía bariátrica es un conjunto de técnicas y procedimientos quirúrgicos que buscan cambios en la fisiología para conseguir pérdidas de peso mantenidas y duraderas en el tiempo. Son procedimientos técnicamente complejos y que no están exentos de complicaciones a corto ni medio plazo, y que también pueden presentar mortalidad. La cirugía bariátrica no es una cirugía estética, no está libre de riesgos, no es fácil y no es mágica. Al igual que otros tratamientos para la obesidad, requiere de cambios en el estilo de vida y de mantener dietas saludables para garantizar resultados a medio y largo plazo exitosos. La cirugía está indicada sólo para aquellos pacientes con obesidades mórbidas con IMC (Indice de Masa Corporal) superiores a 40, o bien para aquellos afectos de obesidad grave y patologías asociadas, y es laparoscópica.
Análisis, estudio del sueño, ecocardiograma, endoscopia, etc, son algunos de los estudios que preparan a los pacientes para la intervención, evitando todo el riesgo que se pueda, y asegurando un posoperatorio más relajado.
Reconozco que me costó tomar esta decisión, a raíz de mis ideas sobre los estereotipos de belleza, con el prejuicio que era una intervención solamente estética, pero los malos hábitos en la comida, la vida sedentaria, la herencia genética (madre diabética, padre hipertenso), las enfermedades crónicas que poseo (diabetes y colesterol) y las condiciones laborales que muchas mujeres tenemos, me fueron convenciendo con el tiempo. La idea de una vida más saludable creo que es lo que deberíamos buscar.
Para mí, como muchas mujeres que somos “gorditas”, que hemos agotado infinidad de dietas, ALCO, auriculoterapia, homeopatía, nutricionistas, etc, sin resultado alguno, es como una segunda oportunidad, la cual no termina con la operación, sino que empieza. Reflexioné durante mucho tiempo, y tomé una decisión para mejorar mi salud, sabiendo que este camino que elegí de militancia, de compromiso político, necesita lo mejor de mí, porque hay que dar lucha en todos lados. En las calles, en las casas, en el trabajo, en la escuela, pero también internamente, cuidándonos, haciendo de esta vida lo mejor que podamos, y cuidando nuestros cuerpos.
Fuente: laizquierdadiario.com