El tratamiento es la mejor alternativa para tratar la obesidad, siempre y cuando esté muy presente y latente el compromiso del paciente.
“La cirugía no es mágica, y por eso para obtener los mejores y más exitosos resultados es fundamental que el paciente se comprometa y entienda que, por ejemplo, es necesario cambiar ciertos hábitos: tomar vitaminas, realizar actividad física y hacer un seguimiento cada tres meses el primer año, cada seis meses el segundo año y anualmente a partir del tercer año”, destacan prestigiosos especialistas.
“Pero lo más importante –continuó contundente- es que la cirugía bariátrica mejora la autoestima y la expectativa de vida”.
Tal es así que, de hecho, la cuestión de la mejoría estética no está entre los objetivos principales de la cirugía, que son tres. Por un lado, prevenir o resolver enfermedades relacionadas a la obesidad ya existente; por el otro mejorar la calidad de vida; y, finalmente, aumentar la expectativa de vida (aproximadamente ocho años en varones y doce años en mujeres).
“Desde lo humano, lo mejor que podemos decir es cuánto mejoran determinadas cuestiones de todos los días como atarse los cordones, tirarse a jugar con los chicos, agacharse a buscar algo, subir las escaleras, abrocharse el cinturón en el avión, tener espacio en la butaca del cine o hacer un deporte”.
Algunas cifras de obesidad proporcionadas por OMS
– Desde 1980, la obesidad se ha duplicado en todo el mundo.
– En 2016, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos.
– En 2016, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas.
– En 2016, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso o eran obesos.
– Entre 2000 y 2013 el número de niños con sobrepeso aumentó de 32 millones a 42 millones.
– La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2.8 millones de personas a causa de la obesidad o el sobrepeso.
Fuente: primeraedicion.com.ar