El procedimiento condujo a que caminaran mejor, alivió el dolor y mejoró la frecuencia cardiaca, muestra un estudio
Los adolescentes gravemente obesos que se someten a una cirugía para perder peso podrían ser capaces después de caminar más rápido y con menos dolor, sugiere una investigación reciente.
En el estudio, un equipo dirigido por Justin Ryder, profesor asistente de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota, analizó cómo la cirugía para perder peso afectaba a la capacidad de caminar de los adolescentes obesos hasta dos años después del procedimiento.
En el estudio participaron 242 adolescentes con una obesidad significativa que tenían un máximo de 19 años de edad, y que se sometieron a una cirugía para perder peso entre 2007 y 2012 en cinco centros de cirugía bariátrica de EE. UU.
De los adolescentes, 161 se sometieron a una derivación gástrica (en que una porción del estómago se desvía). Los demás se sometieron a una gastrectomía (la extirpación de una parte del estómago) o a una banda gástrica ajustable laparoscópica (BGAL), un procedimiento en que se coloca una banda alrededor de una parte del estómago para reducir su tamaño.
Los investigadores cronometraron a los adolescentes mientras caminaban aproximadamente un cuarto de milla (0.4 kilómetros) antes de la cirugía. Repitieron la prueba de caminar seis meses, un año y dos años después del procedimiento para perder peso.
Antes y después de cada prueba, los investigadores midieron la frecuencia cardiaca de los adolescentes. Los jóvenes reportaron qué tanto dolor sentían mientras caminaban.
Apenas seis meses tras la cirugía, los adolescentes podían caminar más rápido y con menos dolor. Antes de la cirugía, realizaban la caminata en 6.3 minutos, en promedio. Seis meses después, el tiempo promedio se había reducido a 5.8 minutos. Su frecuencia cardiaca en reposo antes de la caminata también mejoró en ese periodo, de un promedio de 84 a 74 latidos por minuto. Su frecuencia cardiaca tras la caminata se redujo de un promedio de 128 a 113 latidos por minuto, según el estudio.
Esas mejoras también se observaron un año y dos años tras la cirugía, mostró el estudio, publicado en la edición en línea del 18 de julio de la revista JAMA Pediatrics.
El estudio no incluyó a un grupo de comparación de adolescentes que no se sometieron a una cirugía para perder peso. Los investigadores dijeron que se necesitan más estudios para determinar si los beneficios de la cirugía para perder peso continúan a largo plazo y conducen a mejoras adicionales en la salud.
Fuente: medlineplus.gov