En la valoración global que se hace a los pacientes con obesidad, el equipo médico suele preguntar por los hábitos de alimentación y de ejercicio físico, así como por problemas cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial o exceso de colesterol. Otra pregunta que suele ser obligatoria es sobre tabaquismo. ¿Por qué el equipo médico tiene tanto interés en saber si fumamos? ¿Qué relación existe entre tabaco y obesidad?
Está científicamente comprobado que existe una relación directa entre tabaco y obesidad. En general, muchos pacientes, en especial mujeres, fuman para no engordar. Empezaron de jóvenes y lo mantienen casi de por vida. Sin embargo, este efecto propio de la nicotina de calmar la ansiedad, el “hambre” y la ingesta compulsiva funciona durante un tiempo, solo de forma temporal.
Luego de este freno, desaparece. Entonces el cigarrillo ya no sirve para controlar el peso, y lo que es peor, el fumador tiende a fumar más en un intento desesperado por dejar de engordar, lo que perpetúa ambos problemas. Este análisis, que muchos pacientes fumadores conocen en primera persona, ahora lo demuestra científicamente un trabajo recientemente publicado en el British Medical Journal.
A más sobrepeso, más consumo de tabaco
Se trata de un estudio elaborado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de UK. Este observa que el aumento del índice de Masa Corporal, el porcentaje de grasa en el cuerpo y la circunferencia de la cintura están directamente relacionados con un mayor riesgo, no solo de ser fumador, sino también con el número de cigarrillosfumados a diario. Explica, también, que el vínculo entre el índice de masa corporal y la exposición al tabaco pueden tener unas bases biológicas y genéticas comunes relacionadas con los comportamientos adictivos, tales como la nicotina y una mayor ingesta calórica, y sus conclusiones son de suficiente envergadura como para ser recogidos en la web de la ONU.
El equipo médico de ObesiMad suele ver a diario como muchos pacientes mantienen hábitos de vida poco saludables que les cuesta mucho modificar. En el caso del tabaco, hasta un niño sabe que fumar es malo. Sin embargo, parece que muchos adultos no son capaces de dejar un hábito altamente perjudicial. Esto es debido al poder adictivo de la nicotina y al refuerzo positivo psicológico que se produce al fumar sobre el control de la ansiedad, las emociones y las compulsiones. No hay que olvidar que el tabaco es el principal factor de riesgo cardiovascular evitable que tenemos en nuestra sociedad. Es por ello que tenemos que eliminarlo de nuestras vidas por los daños que produce.
A más consumo de tabaco, más sobrepeso
Ya hemos explicado que el tabaco a la larga aumenta el sobrepeso en fumadores activos pero ¿qué pasa cuando se deja de fumar? Muchos pacientes que han tomado esta decisión responsable saben que al abandonar el tabaco tienen más hambre y engordan. Este efecto rebote lo ha analizado un estudio realizado por la Universidad de Navarra, publicado en la Revista Española de Cardiología (REC). Los resultados obtenidos mostraron que los participantes en el estudio que dejaron de fumar aumentaron su peso entre 1 y 1,5 kg. Mientras, mientras los participantes que nunca habían fumado mantuvieron su peso estable. Esto se debe a la predisposición del exfumador a calmar la ansiedad tras eliminar la nicotina con estímulos orales y desarrollan conductas compulsivas para ingerir una mayor ingesta calórica.
Es decir, los exfumadores recientes tienen más riesgo de aumentar de peso al abandonar el hábito. Pero esa no es una razón suficiente como para no hacerlo. Hoy en día existen estrategias terapéuticas lo suficientemente eficaces para que dejar de fumar no sea un problema solo por el peso. Para ello, debemos estar convencidos de que nos merecemos elegir lo mejor para nuestra salud y luchar por ello con ayuda de los profesionales.
Tabaco y obesidad: Antes y después de la cirugía bariátrica
Una de las principales recomendaciones del equipo médico antes de una cirugía bariátrica es dejar de fumar y sumar cada día más hábitos saludables. Sin embargo, muchos pacientes vuelven a caer en el tabaco antes de cumplir los 7 años de la cirugía. ¿Qué está fallando entonces? Claramente, no funciona el manejo multidisciplinar en el seguimiento del paciente operado. Esto es la participación de psicólogos, nutricionistas y rehabilitadores que trabajen codo a codo con el equipo de endocrinos y cirujanos. Cada paciente es un mundo, con una vida y una personalidad distinta, con unas características que es preciso tener en cuenta en la evolución tras una cirugía. Nuestro equipo multidisciplinar sabe que se puede evitar la recaída. Se necesita un correcto enfoque nutricional, farmacológico, psicológico y conseguir cambios de estilo de vida globales y duraderos en el tiempo.
Desde ObesiMad recomendamos encarecidamente a todos nuestros pacientes que abandonen el tabaco y que, tras la cirugía, no vuelvan a fumar ni al año, ni a los 7 años, ni nunca. No solo porque no está dentro de los hábitos de vida saludable que debemos llevar para no recaer en la obesidad y el sobrepeso. Sino, también, porque la nicotina y demás sustancias tóxicas del tabaco pueden tener, aparte del riesgo cardiovascular, un efecto nocivo en el nuevo aparato digestivo y en el sistema endocrino como la aparición de una gastritis, ulcera, diabetes, etc..
Así que, recuérdalo, el objetivo de una cirugía bariátrica es cambiar tu estilo de vida para ganar salud y, el tabaco, es todo lo contrario a ese objetivo. No vuelvas a caer en el tabaco, no bajes la guardia, sigue cuidándote con la ayuda de un equipo multidisciplinar y sé feliz con tu nueva vida.
Fuente: https://obesimad.com