Alvin McCray no le ganaba la batalla a la pérdida de peso. “Pesaba casi unas 400 libras y me inyectaba insulina diariamente, también tenía la presión sanguínea alta. Intentaba perder peso, perdía un poco y ganaba más”, dice McCray.
Había desarrollado diabetes. Los médicos comenzaron diciéndole que tenía que velar lo que consumía, “luego tuve que tomar píldoras y más tarde acabé inyectándome insulina por dos años y medio. Entonces fue cuando decidí someterme a un bypass gástrico”, explica McCray.
La cirugía del bypass gástrico lo que hace es crear en el estómago una pequeña bolsa del tamaño de un huevo, evitando que los alimentos pasen por el resto del estómago y por la porción superior del intestino delgado.
En la actualidad, año y medio más tarde y con 150 libras menos, McCray, quien trabaja en manejo de desperdicios para el condado de Miami-Dade, ya no usa insulina, tiene lecturas adecuadas de azúcar en la sangre y la diabetes prácticamente ha desaparecido.
Su cirujano bariátrico, el Dr. Néstor de la Cruz-Muñoz de UHealth-University of Miami Health System, dice que el bypass gástrico es la cirugía bariátrica (de pérdida de peso) más efectiva para manejar la diabetes Tipo 2 y el colesterol alto.
“Durante décadas supimos que la cirugía para perder peso resulta en una reducción de diabetes Tipo 2”,
Hoy en día, la mayor parte de las cirugías de bypass gástrico se realizan laparoscópicamente requiriendo cortar menos. “Los pacientes pueden regresar a sus actividades cotidianas de una semana a diez días después de la cirugía”, dice Rosenthal.
Dependiendo de la severidad de la enfermedad y de la edad, “entre el 72 y el 90 por ciento de los pacientes” que han tenido diabetes por menos de cinco años pueden experimentar una remisión. La tasa “puede bajar a 55 por ciento” para aquellos que han sufrido de diabetes Tipo 2 por más de cinco años, comenta Rosenthal.
“Mientras más tiempo han padecido de diabetes, más difícil es que desaparezca”, dice De la Cruz-Muñoz. “Es muy probable que se deba a que el páncreas ha trabajado mucho durante años”, añade.
La otra cirugía bariátrica que se utiliza para combatir la diabetes es la gastrectomía tubular o manga gástrica, en la que se remueve una gran porción del estómago sin desviar el flujo de la alimentación.
“Tanto el bypass gástrico como la gastrectomía tubular han probado ser significativamente mejor que el tratamiento médico” en el manejo de la diabetes, dice Rosenthal.
De la Cruz-Muñoz dice que aunque la manga gástrica es muy popular, no funciona tan bien para la diabetes como el bypass gástrico laparoscópico.
En ambos casos, el estómago más pequeño resulta en pérdida significativa de apetito, pero parece haber algo más en juego. “Llamamos procedimientos metabólicos a nuestras operaciones porque los efectos no se relacionan solo con pérdida de peso sino también con apnea del sueño, hipoglucemia, hiperlipidemia (niveles altos de colesterol) y diabetes”, dice Rosenthal.
“Es de lo que se trata la discusión de la cirugía metabólica. La pérdida de peso es en realidad secundaria. La razón principal por la que hacemos estas cirugías es para eliminar la diabetes”, dice De la Cruz-Muñoz. quien recientemente asistió al Congreso Mundial en Londres dedicado al campo emergente de cirugía para diabetes.
“La teoría principal es probablemente la forma en que la bilis se utiliza y se reabsorbe en el intestino”, explica De la Cruz-Muñoz. “Sabemos que hay una diferencia entre las bacterias intestinales de las personas delgadas y las bacterias intestinales de las personas obesas”, añade.
“Lo interesante es que la diabetes y la hipoglucemia entran en remisión independientemente de la pérdida de peso. Los efectos se producen debido a los cambios hormonales”, dice Rosenthal, añadiendo que algunos pacientes salen del hospital luego de la cirugía con niveles normales de glucosa en la sangre.
Uno de esos pacientes fue Ralph Moccia de West Boynton Beach. “La última dosis de medicina para la diabetes que recibí fue el día de la cirugía”, dice Moccia, de 70 años de edad, quien se sometió a un bypass gástrico hace diez años. “Utilizaba un bastón y no podía manejar”, recuerda Moccia quien perdió 150 libras luego de la cirugía.
“Comencé en la piscina, caminando un poco”, dice Moccia sobre su recuperación post operatoria. Ahora monta bicicleta de 10 a 15 millas diarias como parte del programa voluntario de la patrulla en bicicleta del Departamento del Sheriff de Palm Beach. También cuida lo que come. “No es que lleve una dieta; es un estilo de vida”, dice Moccia, quien ha ganado solo 25 libras.
Moccia ingiere porciones pequeñas de comidas altas en proteína y bajas en carbohidratos y en grasa. McCray come muchas ensaladas y hace ejercicio en el gimnasio, cosas que no hacía antes de la cirugía bariátrica.
De la Cruz-Muñoz dice que entre un 25 y un 30 por ciento de las 200,000 cirugías bariátricas que se realizan en Estados Unidos anualmente, son para pacientes diabéticos. La cirugía es recomendada para diabéticos que están obesos, con un índice de masa corporal de 35 o más.
“Todo el mundo piensa que es solo para obesidad mórbida, pero los estudios han demostrado que la cirugía es una opción más efectiva que el tratamiento médico para tratar la diabetes en términos de alcanzar niveles normales de azúcar en la sangre”, dice De la Cruz-Muñoz.
De la Cruz-Muñoz comenta que la cirugía “sería mucho más común si los diabéticos comprendieran que existe un procedimiento que tiene el potencial de eliminar la diabetes”.
Fuente: elnuevoherald.com/